Los ´Arcángeles´ de San Miguel rompieron el maleficio y conquistaron su primer campeonato del Torneo Máster en honor al Profr. Filiberto Austria Vite, de la Liga Independiente de Futbol de Zacatipán, tras imponerse 3-1 a los ´Galleros´ de Tampacán.
Aquel mote de "ya merito" quedó sepultado cuando, con actitud y corazón, el cuadro celestial sacó fuerzas de flaqueza para lograr un regreso espectacular, que los llevó a alzarse con el campeonato de liga y tocar los dinteles de la gloria, en medio de la euforia de sus seguidores, que por fin saborearon las mieles de la victoria.
Fueron cinco años de búsqueda de un título que devolviera el estatus de equipo grande al conjunto del barrio. Hoy, la espera quedó en el olvido tras vencer a uno de los clubes más poderosos de la región. La monarquía fue dedicada a Freddy Sánchez Romero (Q.E.P.D.), quien en vida llegó a portar la camiseta de San Miguel.
Convertidos en cuerpo, alma y espíritu del arcángel, Simón Cruz, Lucio Pinete e Hilario Rangel, arropados por un grupo de guerreros celestiales como Javier Martínez, Refugio Cruz, José Alfredo Hernández, Arturo Trejo, Manuel Loreto, Erick Morales y Álvaro Guerrero, ofrecieron entrega total y un fútbol de alto nivel para conquistar el ansiado campeonato.
Bajo el arbitraje de Juan Guillermo Moreno Mendoza, acompañado en las bandas por Francisco Javier Moreno y Eduardo Vargas, arrancó el partido. San Miguel tomó ligeramente el control, pero con la misma improductividad ofensiva que los había acompañado durante la temporada. Tampacán, por su parte, fue quitándose la presión inicial y comenzó a complicar a los locales.
La defensa celestial jugó al filo de la navaja y logró salir bien librada de los primeros ataques. Pero cuando los arcángeles buscaban ansiosamente abrir el marcador, Lino, Fidel y Gabriel, los tres ´venados´ de la delantera rival, afilaban sus ataques.
El "Médico" Gómez se confió, dejó botar el balón y lo perdió. La "Burra" González no desaprovechó el error: encaró al "Mono" Reséndiz y en tremenda jugada anotó el 1-0, resultado con el que terminó la primera mitad.
Una vez más, el conjunto angelical se encontró luchando contracorriente. La tribuna, en silencio sepulcral, contenía los gritos de apoyo esperando una reacción.
Contra todo pronóstico, Lucio Pinete, el más bajito del equipo, anotó el gol más importante de su carrera. Tras un tiro libre de Simón Cruz desde la banda izquierda, "Yuyo" apareció en el segundo poste y con un certero cabezazo igualó el marcador 1-1, llevando el juego al alargue.
En una jugada de alto voltaje, Simón Cruz envió un centro envenenado al área. El balón hizo un extraño y Hilario Rangel, marcado por "Curro" Sánchez, quedó solo frente al arquero Azuara. Con un cabezazo cargado de fe y potencia, anotó el 2-1, desatando la locura en las gradas.
Tampacán intentó responder. González, Félix, Hernández, Roque, Sánchez y Posadas buscaron el empate, pero no lograron romper la muralla custodiada por el "Mono" Reséndiz.
En el segundo tiempo extra, con la tensión al máximo, Felipe Guerrero selló la victoria. Tras un despeje de Reséndiz, Guerrero controló en medio campo, superó a su marcador en velocidad y, ante la salida de Azuara, definió por abajo para el 3-1 definitivo.
El gol fue un golpe letal. La afición estalló en júbilo, saboreando la corona tan esperada. Con el silbatazo final de Moreno Mendoza, San Miguel se coronó campeón por primera vez, dejando atrás fantasmas del pasado y escribiendo una página dorada en su historia.