Tamazunchale.- Habitantes de comunidades de Tampacán, San Martín y Tamazunchale, afirman haber avistado una enorme serpiente, señalan que han observado que se meten en las cuevas de Ocuiltzapoyo y Huexco, lugares que por temor la población no frecuenta.
En la zona de la Providencia automovilistas y jornaleros han visto a una serpiente de más de 12 metros de largo que cruza sobre la carretera estatal.
Marco "N" expresó que serían como las 6 de la tarde cuando al circular de San Martín a Tamazunchale, a 800 metros antes de llegar a la Providencia observó a lo lejos que había un tronco atravesado que tapaba ambos carriles de la carretera y ante el temor de sufrir un asalto aceleró la unidad que conducía, una camioneta, dando un enorme brinco al momento que escuchó un fuerte siseo o bufido y al observar por el retrovisor vio que se retorcía, al bajarse observó que era una gran víbora, la cabeza era grande como el de una res, señaló y prefirió huir del lugar.
En Huexco un trabajador de un rancho cercano, también tuvo un encuentro con una gran serpiente, señaló que al llegar a la altura donde está la cueva del "tigre" que cruzaba la carretera, el ofidio cruzaba con dirección al río.
Destacó que estuvo varios minutos esperando que cruzara y una vez que la perdió de vista corrió atemorizado, argumentó que eso era la cosa "mala".
También está el señalamiento de un campesino de Ocuiltzapoyo que al andar con sus perros de cacería, llegó al cerro donde está la "cueva" y su sorpresa fue que sus perros que corrían atrás de un jabalí los encontró inmóviles mirando hacia la entrada de la cueva y para su sorpresa estaba una enorme cabeza de serpiente que sacaba su lengua que medía más de un metro, ante el temor de que ya los había olfateado corrió del lugar y agregó que a esa zona la gente no se acerca.
Historias como esta, se han dado a conocer en varias comunidades de que grandes víboras que salen de cuevas quedan al descubierto cuando se realiza la apertura de caminos.
Los ancianos expresan que cuando eso ocurre se debe de hacer ofrendas, pedir permiso para hacer la obra para que la cosa mala se apacigüe.