“Una cansada labor, pero me da para comer” así lo manifiesta para este medio en entrevista con Gonzalo Pérez, quien es vendedor de juguetes inflables para niños desde hace más de 10 años, originario del vecino Estado de Querétaro, de una localidad muy cercana a El Lobo, y radica en este municipio donde, además, recorre las principales calles, avenidas y plazas públicas, ofreciendo sus artículos a las familias tamazunchalenses.
Comentó que es un trabajo muy cansado, debido a tiene que caminar todo el día bajo el sol o el frio y en ocasiones sus ventas son escasas, sin embargo a él causa placer observar cómo lleva alegría a los pequeños, quienes entusiasmados y emocionados se retiran después de adquirir alguno de los juguetes que el ofrece.
En sus jornadas laborales se da tiempo de ir a consumir sus alimentos y regresa a continuar con las labores de venta, además mencionó que también tiene temporadas buenas, como lo son los domingos familiares, que es cuando comúnmente se reúnen las familias a dar un paseo por el centro, las temporadas de vacaciones de Semana Santa, Xantolo, mes patrio, y la próxima temporada decembrina, en las que se tiene la vista de mucha gente de otros lugares, quienes buscan distraerse de sus rutinas, así como también reunirse con sus familiares.
A pesar de que la pandemia le golpeó muy fuerte a su economía, pues las plazas públicas durante ese periodo de tiempo se mantuvieron casi vacías y sus ventas también se vieron afectadas directamente, aún con esto don Gonzalo, diariamente se levanta con las esperanzas de mejorar sus ventas y llevar el sustento a su hogar.