La actualización de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica por sus siglas en Ingles (NOAA) da a conocer que entre 14 y 20 tormentas que aún faltan, 6 a 10 podrían convertirse en huracanes de estos, 3-5 podrían convertirse en grandes huracanes con vientos de 111 mph o más).
La NOAA da a conocer esta perspectiva, y la coordinación Estatal de Protección Civil da a conocerlos a los municipios para que estén en alerta.
La Oficina Nacional de Administración Atmosférica que cubre toda la temporada de huracanes de seis meses, que finaliza el 30 de noviembre, prevé entre 14 y 20 tormentas con nombre (vientos de 39 mph o más), de las cuales 6 a 10 podrían convertirse en huracanes con (vientos de 74 mph o más), de esos, 3-5 podrían convertirse en grandes huracanes (vientos de 111 mph o más).
La actualización anual de mitad de temporada de la NOAA emitida por el Centro de Predicción del Clima, una división del Servicio Meteorológico Nacional, sobre las condiciones atmosféricas y oceánicas, señalan que aún favorecen una temporada de huracanes en el Atlántico superior a lo normal en 2022, con rangos de un 70% de confianza.
Hasta ahora, la temporada ha visto tres tormentas con nombre y ningún huracán en la cuenca del Atlántico, una temporada de huracanes promedio produce 14 tormentas con nombre, de las cuales siete se convierten en huracanes, incluidos tres huracanes importantes.
Esta perspectiva es para la actividad estacional general y no es un pronóstico de llegada a tierra, las llegadas a tierra se rigen en gran medida por patrones climáticos a corto plazo que actualmente solo son predecibles dentro de aproximadamente una semana después de que una tormenta llegue potencialmente a la costa.
Hay varias condiciones atmosféricas y oceánicas que aún favorecen una temporada activa de huracanes, esto incluye las condiciones de “La Niña”, que favorece que permanezcan durante el resto de 2022 y podrían permitir que las condiciones de la era de alta actividad en curso dominen, o mejoren ligeramente la actividad de los huracanes.
Además de La Niña continua, los vientos alisios tropicales más débiles del Atlántico, un monzón activo en África occidental y temperaturas de la superficie del mar en el Atlántico probablemente por encima de lo normal preparan el escenario para una temporada de huracanes activa y reflejan la era de alta actividad en curso para los huracanes del Atlántico.