Aniversario del mercadito nocturno: Música, sabores y la presencia inesperada de Isela

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Por: Redacción/El SurFecha: 08/18/2025 05:12 P.M.

El corazón de la plaza se transformó en un mosaico de luces, aromas y sonidos durante la celebración del aniversario del mercadito nocturno, una cita que en poco tiempo se ha ganado el cariño de la gente y que anoche mostró su mejor cara: abarrotado de familias, jóvenes y curiosos que llegaron a disfrutar de todo lo que los comerciantes ambulantes prepararon para la ocasión.

Las filas de puestos parecían no tener fin: desde los antojitos más tradicionales, como tacos, enchiladas y elotes asados, hasta las propuestas más creativas, con postres y bebidas artesanales que invitaban a detenerse y probar. Los aromas se mezclaban en el aire, obligando a más de uno a recorrer el mercadito con las manos llenas de antojos.

La música en vivo hizo lo suyo. Entre canciones románticas, rancheras y ritmos modernos, los asistentes coreaban y bailaban al compás, creando un ambiente festivo en el que nadie parecía querer quedarse sentado. Los comerciantes aprovecharon el ánimo y sumaron a la noche rifas y promociones que desataron gritos de emoción, sobre todo entre los más pequeños.

Pero lo que nadie esperaba era la aparición de Isela, la quinceañera más viral de México, quien decidió recorrer el mercadito como una visitante más. Su presencia no pasó desapercibida: entre selfies, abrazos y saludos, la joven se abrió paso entre los pasillos, recibiendo el cariño espontáneo de quienes la reconocían. Para muchos, fue la cereza del pastel de una noche que ya era especial, pero que con ella tomó un aire de acontecimiento memorable.

El aniversario del mercadito nocturno no solo fue una fiesta comercial; fue también una muestra del espíritu comunitario que mantiene viva la tradición de salir a convivir, a probar nuevos sabores y a encontrarse con vecinos y amigos. Y anoche, bajo la luz cálida de los faroles y la alegría de la gente, quedó claro que este espacio se ha convertido en un verdadero punto de encuentro para la vida social del municipio.

Y así, mientras los últimos acordes de la música se perdían entre las calles y las luces iban apagándose poco a poco, el mercadito quedó grabado como una postal inolvidable: niños con globos en la mano, parejas compartiendo un elote, familias enteras sonriendo y, al fondo, el eco de una comunidad que sabe celebrar la vida con sencillez y alegría.