En Matlapa, la población clama por un cambio radical que ponga fin al dominio del Partido Acción Nacional (PAN) y al cacicazgo político que ha prevalecido en la región. La indignación se ha avivado con la nominación de Isaí Macías Garay, conocido como el títere del actual presidente, Edgar Ortega Lujan, como candidato del PAN a la presidencia municipal.
Los ciudadanos ven con escepticismo la candidatura de Macías Garay, considerándola como más de lo mismo. Argumentan que la presidencia municipal se ha convertido en un lucrativo negocio para los políticos de siempre, quienes han mantenido el control del poder por años. La vox populi señala que todos los integrantes de la planilla son los mismos funcionarios de siempre, sin ninguna representación verdadera del pueblo.
La falta de renovación y la persistencia del cacicazgo en Matlapa resultan inaceptables para la ciudadanía. Los políticos tradicionales continúan empleando el mismo modus operandi para asegurar su permanencia en el poder, utilizando dadivas como despensas y ofreciendo sumas monetarias a horas de las elecciones, prácticas que denuncian como "mapachismo".
Ante esta situación, los ciudadanos consideran que es hora de aplicar un voto de castigo y exigir un verdadero cambio. Sin embargo, reconocen que se necesita unidad para no caer en la trampa del engaño electoral. "Ya estuvo suave, esto ya es demasiado que nos quieran ver la cara", afirmó un habitante de Matlapa de apellido González. "Necesitamos un verdadero cambio en Matlapa, otro personaje fuera de los Ortega. Ya les dimos muchas oportunidades de robar. Aquí el que manda es el pueblo, no ellos. Ellos son nuestros empleados, y queremos resultados, pero con otro personaje, no más de lo mismo", sentenció González.
La voz del pueblo de Matlapa clama por un cambio genuino que ponga fin al reinado del PAN y al cacicazgo político que ha prevalecido por demasiado tiempo. Las elecciones se vislumbran como una oportunidad para que la ciudadanía exija un gobierno transparente y representativo que responda a sus verdaderas necesidades.