Se nace para ser payaso: Felipín
Detrás del maquillaje y esas narices rojas, se esconden los artistas que tratan de hacer crecer la magia y las ilusiones de aquellos que les dedican al menos un minuto de su tiempo.
Por ello, cada 10 de diciembre se reserva este día para festejar esta curiosa celebración, el origen histórico de esta profesión con los bufones en la antigüedad y en la Edad Media ha evolucionado hasta los payasos que conocemos en la actualidad.
En Tamazunchale, los payasos “Felipin” y “Pulgarcito” realizan sus actividades en este municipio desde hace tres años, de hacer reír a la gente con sus actuaciones en la plaza principal y algunas fiestas que los han contratado.
El payaso “Felipin”, quien dijo llamarse Felipe Hernández Juárez, originario de Huejutla de Reyes, Hidalgo y su compañero “Pulgarcito” originario de platón Sánchez Veracruz.
Un dueto de la comedia clásica que ya tienen 3 años de estar viviendo en este municipio pero con 20 años en realizar esta actividad y son los principales organizadores del evento que se llevara a cabo en la UDETA por el “Día del Payaso” en donde se presentaran más artistas cómicos de los diferentes Estados de la República.
En entrevista exclusiva para este medio, ambos contaron un poco de lo que significa ser un payaso en estos tiempos y como es su día a día en este arte; “Pulgarcito” comentó que diariamente se levanta desde temprano para poder maquillarse y arreglarse y poder llevar un rato de alegría y risas al público que tenga enfrente.
“Felipin” destacó que existen momentos buenos y malos como en todos los trabajos, y que aun que han sido pocas las malas experiencias, no están excluidas de duras críticas, de las más comunes están en las que señalan a ambos como unas personas que no les gusta trabajar y que por ese motivo suben a los camiones a pedir dinero a cambio de un pequeño show.
Sin embargo, ellos mencionaron que desde muy pequeños se han involucrado en el mundo artístico de la comedia, por lo que su carrera como payasos de eventos no es para nada corta, pues ya suman más de 20 años.
Ambos afirmaron que durante dos años de la pandemia en que se prohibieron toda clase de eventos en las que se vieran a muchas personas reunidas, las cuales eran su principal fuente de ingresos.
Por las restricciones no podían hacer shows en espacios públicos, aparte de que no había mucha gente en las calles, mucho menos en el transporte público, de esta manera se quedaron prácticamente sin empleo durante todo este periodo de tiempo.
Aun con esto no pierden sus esperanzas en este noble oficio y conforme se retoman las actividades ellos regresan a la labor que aman porque para ser payasos se nace, según lo expresaron ellos mismos, porque a pesar de las críticas y malos comentarios, solo buscan contar un chiste para que su público suelte una sonrisa y puedan desestresarse en el show, por lo que continuarán con esta labor mientras Dios se los permita.